Desde el Corazon de America del Sur llega el Rayo Inka

Cosmovision Andina

Agradecimiento al Padre Sol Tayta Inti

Fiesta de Agradecimiento Sagrado Agua Uma Darana

Fiesta de agradecimiento Aire

Fiesta de la Pachamama 21 Septiembre 2010 Tarata Peru

jueves, 3 de marzo de 2011

Fiesta de Agradecimiento al Uma Darana "Agua"



CONVOCATORIA I SEMINARIO INTERNACIONAL CULTURA DEL AGUA
EN EL TAWA-INTI-SUYU Y PUEBLOS ORIGINARIOS “JAKAÑA UMA”
TACNA –PERU
ORGANIZA:
Movimiento TAWANTINSUYANU PACHAKUTI, Instituto de Investigación Ciencia y Tecnología Indígena “INTI DE AMERICA”, Asoc. Cultural “THUNUPA” Asoc. Cultural “HIJOS DE PACHA-MAMA”.

Patrocina: Municipalidad Distrital de Alto de la Alianza.
Lugar: Distrito de Alto de la Alianza - Tacna
Fechas: 19-20 marzo-2011

INTRODUCCION
EL AGUA EN LA COSMOVISIÓN ANDINA
En el mundo vivo y vivificante de la cosmovisión andina el agua es un ser vivo y es también un ser vivificante que fecunda a la tierra año tras año para la re-creación de la vida.
El agua en cada una de sus formas de presentación, es una persona equivalente a cualquier otra.
El agua es "DEIDAD" para nosotros es muy importante. En nuestra cultura milenaria el aymara existen cuatro Ceremonias principales son: el Sagrado Fuego “Wilka Tata o Inti Tata”- Padre Sol, Sagrado Madre Tierra “Mama-Pacha”, al Sagrado Aire “Wayra” y al Sagrado Agua “Lamara quta”; a los cuales se agradece a la Madre naturaleza mediante en Ceremonias Rituales con una Mesada en diferentes lugares Sagrados “WAK’AS”, está claro, si faltara alguna de ellas no habría vida.
En el mundo comunitario Tawantinsuyana el agua se encuentra íntimamente unida a los otros componentes de Apus, Achachilas (Cerros) (madre naturaleza). Así por ejemplo, en los ritos para invocar lluvia, las ofrendas no sólo se ofrecen a la lluvia sino también a la helada, al granizo y al viento porque la lluvia sola no basta para la buena salud de la agricultura pues su intervención puede ser interferida o anulada por los otros.
En el mundo andino la agricultura (campo de cultivo) tiene su propio y singular diálogo con el agua de que dispone cada año, llegando a un entendimiento específico para conseguir que la vida encuentre la mejor acogida posible en la chacra. Por otra parte, en el mundo andino no se concibe que la agricultura pueda gozar de buena salud dentro de un paisaje afectado por la sequía, por ejemplo. El campo de cultivo comparte la salud del paisaje. Si hay sequía se hace invocaciones para "traer" lluvia para las chacras y para los cerros, para que las chacras y los cerros verdeen, florezcan y fructifiquen. No se busca salidas individuales ante la sequía como por ejemplo instalar una bomba para extraer agua del subsuelo para regar la chacra propia mientras que las otras chacras y el Apu, Achachila Cerro permanecen secas.
El agua que provee directamente la lluvia se complementa en los Andes con el riego que lleva el agua, tomada de ríos o manantiales, a las áreas en donde no llueve o en donde las lluvias son insuficientes. Pero el riego en los Andes no sólo está ligado a la agricultura sino también al pastoreo para permitir abrevar al ganado, para regar los pastos naturales en época de escasez de lluvias o para riegos permanentes que permiten el mantenimiento de los bofedales o juqhunaka siempre verdes, indispensables para la crianza de alpacas. (los bofedales son colchones de agua y a su vez genera un micro ciclo del agua lo que los hermanos del ande llaman cultivo del agua).
En cambio en la cultura occidental moderna y su mundo-mecánico, el agua es un mero objeto físico-químico, cuyas moléculas están formadas por encadenamientos de dos átomos de hidrógeno con uno de oxígeno y se trata de una sustancia de extraordinarias propiedades físicas. En estas condiciones el agua se aprecia sólo como un medio de subsistencia, como un factor de producción, como un recurso que está ahí para ser usado en beneficio del hombre. No se trata más que de un objeto de la explotación lucrativa. De ahí los estudios acerca del ciclo del agua con el ánimo de alterarlo para hacerlo más útil a las necesidades del hombre: procedimientos para acelerar las precipitaciones pluviales, el traslado de icebergs a regiones áridas sin agua dulce, la desalinización del agua de mar para hacerla agua potable o la construcción de represas y embalses para controlar los flujos de los ríos.
Para las culturas del Tawaintinsuyu, el agua es mucho más que un recurso hídrico.
El agua como ser vivo: El agua es un ser vivo, proveedor de vida y de animación del universo. Con el agua se dialoga, se le trata con cariño, se le cría. Esta visión ha sido factor fundamental para la adecuada cosecha, conservación y reproducción de los recursos hídricos.
El agua como ser divino: El agua como ser divino fecunda “Mama-Pacha Madre Tierra” y permite la reproducción de la vida. Es, por tanto, una divinidad que está presente en los océanos, mares, lagos, las lagunas, los ríos, puquios y todas las fuentes de agua.
El agua como base de la reciprocidad y complementariedad: El agua permite la integración de los seres vivos, la articulación de la naturaleza y de la sociedad humana. Es la sangre de la tierra y del universo andino. Permite practicar la reciprocidad en la familia, los grupos de familias y comunidades andinas. Ordena la vida de los individuos, presenta la diferencia no como oposición sino como complementariedad, y facilita la solución de los conflictos sobre la base de acuerdos comunitarios.
El agua como derecho universal y comunitario: El agua “es de todos y es de nadie”. Pertenece a la tierra y a los seres vivos, incluyendo al ser humano. Se distribuye equitativamente de acuerdo a necesidades, costumbres y normas comunitarias, y según su disponibilidad cíclica.
El agua como expresión de flexibilidad y adaptabilidad: El agua se comporta de acuerdo a los ecosistemas, circunstancias y coyunturas, sin seguir normas rígidas. Depende del tiempo, clima, y topografía.
El agua como ser creador y transformador: El agua sigue leyes naturales, de acuerdo a los ciclos estacionales y a las condiciones del territorio. Su uso sustentable implica la generación y aplicación de conocimientos y habilidades obtenidos durante siglos, así como la construcción de una infraestructura hidráulica que permita cosechar y distribuir el agua, sobre la base de una gestión mancomunada y eficiente.
Desde tiempos remotos, los pueblos originarios del Perú rinden culto a las cumbres nevadas de la cordillera de los Andes, a las lagunas y manantiales, considerándolos como "Wak’as" o lugares sagrados.
Periódicas romerías se hacían a las lagunas y manantiales, donde se realizaban importantes ceremonias destinadas a conseguir agua y buenas cosechas. Muchas de estas prácticas sobreviven hasta la actualidad como es el caso de Tikako, donde se venera al nevado Komayle con sacrificios de llamas macho y grandes fiestas multitudinarias en las alturas de Qharumas, lugar de donde vienen las aguas al valle interandino de Tarata, a donde se dirigen los habitantes de Tarata y Tikako, pues reconocen en ellas, a las fuentes vitales que surten sus canales y proveen del líquido elemento a sus chacras. Esta práctica religiosa ha logrado sobrevivir a la inicial catequización de los misioneros y a la posterior lucha contra las idolatrías, que iniciaron las autoridades eclesiásticas cuando se percataron que más de medio siglo de presencia hispana, no había acabado con las prácticas espirituales andinas. Ha sobrevivido en un sincretismo cultural interesante y valioso con la religión católica, aunque el sustrato sigue siendo profunda y mayoritariamente andino.
El agua como armonizador de vida: Para comenzar a armonizarnos con la nueva energía, debemos recordar que todo el universo está formado por 4 elementos y nosotros también lo estamos. Son: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Ellos son nuestros Seres Dadores de Vida, nuestra medicina sagrada.
Por esta razón es importante llegar a los lugares sagrados y restaurar las Ceremonias y rituales para volver a reconstruir y reconectarnos con la memoria de nuestros ancestros que aún se mantiene viva en la energía del lugar y está allí, en las rocas, en los árboles, en las piedras, en los ríos, en los lagos, en puquios, en el inmenso mar, en la tierra. Es esa vibración particular, la que da forma a nuestra cultura. La memoria que vive en nuestra sangre, en nuestra memoria corporal se despierta y nos sincroniza en un espacio sin tiempo donde tenemos acceso al conocimiento de nuestros antepasados.
Este 21 de Marzo, con toda la alegría de nuestros corazones nos preparamos, para Honrar y Agradecer a nuestra Sagrada Mama-LAMARA QUTA por todo lo que recibimos de Ella. Así desde siempre, ella en su gran amor, lleva a cada lugar la alegría del renacimiento. En sus fuentes sagradas, en cada lago, cada río, en la inmensidad de los mares, ante su presencia en la calma y en el sonido, sentimos que estamos tan cerca de ella misma por ser parte de nosotros mismos, en un estado indescriptible de paz, amor y a la vez nos conectamos, con la fuerza de su Gran Espíritu.
Que nuestros APUS, derramen sus bendiciones en este Peregrinaje de nuestra AGUA SAGRADA. ¡Jallalla! ¡Jallalla!
LA COMISION ORGANIZADORA


No hay comentarios:

Publicar un comentario